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Hola, soy Lola, ¿quieres jugar conmigo? ¿Sí o
no?- se lo preguntó al muñeco de nieve.
Le dijo que sí y de tanto
jugar le dio mucho calor y se derritió poco a poco. Y Lola lo tuvo que volver a
hacer y se divirtió mucho, y se fue a su casa a contárselo todo a su madre y se
lo pasó muy bien.
FIN.
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