Érase una vez un castillo en
el que hace cientos de años vivían unas princesas con sus gatos y su familia.
Vivían muy felices. Pero un día vino una bruja y les echó una maldición, porque
les tenía envidia.
La maldición consistía en que
se pondrían horrorosas hasta que un príncipe las quisiera así de feas.
¡Sucedió! Por fin la maldición
se rompió porque los príncipes aparecieron.
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